martes, 29 de julio de 2008
¿Y yo qué?
Muerto el perro, se acaba la rabia. Quizás esta frase se acomode a la eterna situación de todos nosotros, los mexicanos en los Estados Unidos. ¿O cómo decirlo? Si me pongo a mencionar toooodas las cosas que afligen nuestra histórica relación con ese país, pues qué aburrido o más bien no tengo tiempo, sería ensañarse mucho con la computadora. Muchas de esas cosas ya las vivimos, ya las respiramos, ya las consumimos. Ayer compré la revista Entrepeneur, una de mis favoritas, resulta que el IHOP va a abrir otra sucursal en ésta querida sultana del norte. Sí, tengo una amiga que se pone muy contenta con esa noticia, y yo también, ajá, si me vuelven loca los panqueques con sirope, ¡sí!. Y van a abrir más Starbucks, y más McCafés… siguen dando trabajo en los escritorios de telemarketing, etcétera…y allá despidiendo miles de personas, ya desempleadas (que pueden esperar nuestros paisanos), cerrando las tiendas, cafés, recortando presupuestos…ahh, y amenazando a nuestros mercados de chile jalapeño, aguacate, tomate por su sanidad. Es toda una cadenita...una bola de nieve...un aro con fuego, de esos aros del circo por donde pasan los leones…