viernes, 17 de marzo de 2006

De nuevo...

Todo es nuevo y al mismo tiempo lo mismo de siempre. Me quedé seria, mis ojos veían los objetos pero como si no existieran, había como silencio en mi mente y yo no estaba ahí, me preguntaron: ¿Qué piensas? "yo, nada, nada". Me hubieran preguntado ¿Qué sueñas? Y entonces hubiese narrado todo lo que me arrebataba de estar lúcida en ese instante. Me di cuenta de que sueño como cualquier mujer, al menos como lo pintan. Soñaba mi boda religiosa. ¿Soy normal a fin de cuentas?
De nuevo qué hay, pues que ayer Fernando de Diego, de Ottawa, me aviso del fallecimiento de Juan Oneill, un poeta amigo de todos. Yo siempre le tuve mucho afecto y aprecio. Trabajé para él en una ocasión transcribiendo subtítulos para programas de televisión. Me lo presentó Luciano Díaz, otro poeta que también aprecio aunque ya no me quiera hablar. Juan Oneill dirigía em grupo de Sasquacht, de actividades y lecturas de poesía, también lo acompañé en un par de ocasiones a esas reuniones. En fin, me da tristeza no haberlo contactado para saludarlo como me gustaría. Fernando me dijo que la última vez que lo vió, Juan preguntó por mi. Guardo un minuto de silencio interior, aunque lo acompaño con música de Satié.
Un saludo a mis amistades en Ottawa: Fernando y Patricia, Reinier, Jorge, Arturo, Gabriela y Ross, Rogelio, Mikey, Nuvia, Paolo y Borka, André, Francisco Ucán y Felipe Q.Q.