Que te conviertas en parte de mi
de la memoria de mi carne
y del jugo de mi memoria,
que tu labio inferior sea un fragmento
largo y pausado en mi boca
y tu lengua un verso que abarque
mi espalda entera.
Quiero leerte en voz alta
poema tú poema tu nombre:
invitarte a ser manta que me cubra
viento que refresque
imán que me domine
soledad infinita de una tarde.
(Las plantas "huele de noche" llevan por el aire sus místicos aromas a través del rocío que se evapora durante el día con el calor del sol).