Hace semanas que me persigue
un beso imposible…
Prometí lograrlo a corto plazo,
pero no puedo, no me sale.
Las circuntancias reales no se dan,
las imaginarias pululan
al grado de que me quedo como
una boba baba suelta degolladora.
Soy cobarde con él,
no me atrevo,
no me animo a pedirle que me regale un beso,
que me de a probar ese dulce de su labio inferior,
ese pedacito de cielo que quiero alcanzar
aunque sea un instante más diminuto
que se vaporize en mi memoria.
Un beso imposible,
¡Ahhh! (suspiro hondo…)
un beso que no se qué tiene de prohibido
que me incapacita los sentidos de libertad
de gozo
de deleite
Quiero hablar con él a solas,
decirle que necesito de su boca vitaminica
que ansio su lengua tanto como la punta de una fresa
y que me gustaría que mordiera
palabras de amor que no puedo decir,
ni escribir.
Me gustaría que lo único imposible fuera
no dejarlo de besar…
(Las flores del Huele de Noche son blancas verdosas se abren por la noche y son poderosamente fragantes)