jueves, 20 de octubre de 2005

Cuando no se puede llorar

Ayer Nicolás perdió a su madre y no puede llorar. La levantó del suelo y sintió de golpe un dolor muy hondo en la memoria. Las lágrimas las trae atoradas abajito de los ojos, no le salen.

Yo también arrastro tristeza. Recuerdo el saludo de su madre, con sus manitas tan suavecitas y tan chiquititas. Parecía que saludaba a una niñita. Le recuerdo los mismos ojos de Nicolás. Lamento no haber convivido más con ella. Ahora que la quería como suegra, a ella y a Don José, que ayer lagrimeaba mientras conversabamos. Su compañera que tanto lo hacía rabiar, como hará falta.

Despuesito lloramos juntos...le dije a Nicolás, deja que pase todo esto, dale fuerza a tus hermanas y a tu padre...luego lloramos...