domingo, 4 de febrero de 2007

Después de una noche en la cual no hizo más que desbaratar palabras. Esas palabras que había elaborado con el recetario de lo ya vivido, aquellas tardes y esas higueras murmurando...Después de que los párpados atendían al sueño, del pulso tembloroso por la cafeína, y el sabor de boca amargo, seco...Antes de todo eso creyó estar al pendiente de sí misma, pero después; después de esa larga noche de desarmar su vida: la carga de luz que esas páginas en blanco irradiaban le han dejado en la peor ceguera.