martes, 12 de abril de 2005
La entrega
Cuando alguien está pasando por un mal momento, alguien que nos necesita, de nuestra presencia, o nuestro consejo...hay que entregarse. Hay que evocar la teoría altruista de Locke, y ser utilitario, beneficiar... ayudar. Es un deber moral, es un deber humano. o.k. Lo creo. Luego vienen un montón de sentimientos encontrados, ya relacionados con el egoismo, ¿será? Bueno, no lo se. Primero, mis únicas amigas en este pueblo, con problemas. Patricia internada en el hospital desde el viernes en la noche. Su mamá, necesitada de oxigeno casi cada dos horas...en fin...eso me pone triste, porque también se que soy la única amiga que ellas tienen. ¿Qué he de sentir? Luego, después de un fin de semana dotado de exquisita crisis matrimonial (no hablarse, etc.), ayer por la mañana, la salud de mi pareja se aminora considerablemente, al grado de tener todavía no saber qué pasa. Mi necesidad primaria es estar a su lado. Como una necesidad de ser. Así sea que el próximo fin de semana fuere peor que el pasado. No soy muy afectiva, al menos no lo he sido ultimamente, pero me nace brindar el afecto de mi compañía y mi apoyo. ¿Cómo explicarlo de otra manera? Apesar de mis deseos de abrir mis alas en cualquier momento y volar sin dirección, sin mapa, sin guías... Mañana se supone que tengo que entregar dos proyectos y dar un discurso persuasivo...Pero todavía no puedo.