miércoles, 11 de mayo de 2005
ANTES
La Boulangerie Francais
En mi trabajo en Le Boulanger Francais fue de los más gratificantes. Duré como seis meses. Me trataban muy bien. Subí mucho de peso gracias a los croissants, los chocolatines... Un día que me dí cuenta de que el libanés ya iba a cerrar el negocio y que me quedaría sin trabajo, salí a caminar por las calles dispuesta a encontrar otro trabajo. Al grado de que no regresaría a mi casa sin un trabajo nuevo. Asi que caminé por el centro, por Rideau, el Marquet, por el parlamento, y asi como ya casi las siete de la tarde, pasé por la calle Murray. Vi la panaderia, entré...sin ver alrededor me dirigí directamente con la persona que estaba en la caja y le pregunté si había trabajo. Ella era la encargada, Louise, me hizo algunas preguntas. Me preguntó si sabía francés, le respondí en francés y continuamos la conversación en francés, poco a poco...a las risas me dijo, voy a hablar con el jefe, dame tu teléfono, lo más seguro es que si. Salí de ahí soñada, feliz...me sentí tan segura, ya no busqué más, me fuí a mi casa, tranquila. Sí me llamó al día siguiente. Comenzé trabajando tres días de la semana y luego cuando por fin se acabo el trabajo con el libanés, ya cubri más días para el boulanger. Disfruté mucho ese trabajo. Había mucha presión por la perfección. El corte de caja tenía que salir exacto. La limpieza, la atención al cliente, etc.
Mi hermana llegó a conocer ese trabajo que tuve...el próximo sábado llega a Albuquerque, iré por ella. Y en eso ando, esperando.