Durante los últimos meses de mi estancia en los Estados Unidos, escribí una serie de relatos e historias que describían vivencias de paisanos mexicanos que residen ahí, del otro lado. Todo lo que llegué a escribir y que está archivado en este mismo blog, es verídico. El matiz es mío, pero las historias son reales.
He decidido retomar la serie, a medida de lo posible, porque tengo en la memoria pedacitos de historias que a veces me rondan por varios días. Pienso que la mejor manera de exorcisarlos es compartiéndolos. Y así, de alguna forma, se da a entender...mi propia historia. Siempre me he preguntado porqué la gente me confía sus viviencias, sin que yo tenga que indagar, ni hacer el menor comentario al respecto.
En esta misma serie también voy a incluir relatos de paisanos en Canadá, porque son fragmentos de cinco años de mi vida en ese país que no puedo evitar recordar. Quizas ocurra que tenga que especificar que la historia no es precisamente de un paisano mexicano, dado que hay tantas nacionalidades en ambos paises y que muchas de las experiencias no son ajenas a lo que viven paisanos mios. Para no meterme en más embrollos con todo esto, simplemente aviso que pronto: vuelven Los Paisas.