sábado, 19 de marzo de 2005

ESPERAR

No insistas. Alguien allá a lo lejos está matando el sueño.
Alguien destaza el corazón del tiempo.
Alguien allá a lo lejos acaba con él mismo.
Piedad Bonnet



Con una voz torcida roída dejada a la intemperie por siglos de vigilia, pronuncias el nombre del alivio instantáneo. El sonido se dispersa como el humo de la leña recién apagada. No queda ya nada de lo que dijiste. No puedes volver a repetir su nombre. Alguien debió oír oler sentir esa palabra, pero no hay ninguna señal todavía. Ahora hay que ver pasar a las aves del intento, esperar a que regresen con el amor en sus picos... y escuchar...